La esperanza no nos defrauda.
Yo soy Jehová …y no se avergonzarán los que esperan en mí.
¡Bendito el hombre que confía en Jehová, cuya confianza está puesta en Jehová!,
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová, el Señor, está la fortaleza de los siglos.
En Dios solamente reposa mi alma, porque de él viene mi esperanza. Solamente él es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré.
No me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído.
Queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento, para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor.
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