miércoles, 17 de noviembre de 2010

El problema no es el Islam sino la descristianización

Lo ha dicho Angela Merkel, renovada como líder de la democracia cristiana alemana. En otras cosas no, como la crisis financiera, en esta sí.
Asegura Merkel que el problema de Alemania -y de todo Occidente- no es la islamización sino descristianización. Tiene toda la razón. No hay que cerrar las puertas a la inmigración islámica sino obligarles a respetar una civilización que es, ante todo, cristiana: la civilización europea. La fe cristiana es Europa y Europa es la fe.
Y con el problema demográfico ocurre lo mismo: los musulmanes no son culpables de que los cristianos tengan menos hijos. Occidente carece hoy de vitalidad en todos los aspectos: Europa dimite de su origen de identidad cristianos, es decir, de su propia esencia y se suicida como sociedad por falta de descendencia (por lo mismo que ha quebrado su sistema de pensiones). Ese proceso no se cura con leyes anti-migratorias, sino de otra forma: la descrita por la canciller Merkel.
Eulogio López

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