Benedicto XVI sitúa en España el centro de la confrontación entre fe y modernidad en el encuentro con los periodistas en el avión papal
Benedicto XVI trazó ayer una línea de continuidad histórica entre el "anticlericalismo agresivo" español de los años treinta del siglo pasado y el laicismo actual. El Papa no ocultó su preocupación por el hecho de que España, con un legado cristiano tan potente, se haya convertido en uno de los ejemplos de más acelerada secularización en Occidente, de choque entre fe y modernidad.
Las palabras del Papa en el avión
A continuación, una transcripción literal de las principales preguntas y respuestas en el avión del Papa durante el trayecto Roma- Santiago de Compostela. Seleccionadas previamente por la sala de prensa de la Santa Sede, las preguntas fueron leídas por el portavoz vaticano Federico Lombardi.Santidad, en el mensaje a un reciente congreso de los santuarios que tenía lugar precisamente en Santiago deCompostela, usted dijo vivir su pontificado con sentimientos de peregrino. En su escudo figura la concha del peregrino. ¿Quiere decirnos algo sobre el peregrinaje en su vida personal y en su espiritualidad y sobre los sentimientos con los que se acerca a Santiago?
Buenos días. Podría decir que el estar en camino está inscrito en mi biografía. Pero esta quizá sea una dimensión externa que me ha hecho pensar en la inestabilidad de la vida, que es un estar en camino. Podríamos decir: si Dios está en todas partes, no hay necesidad de moverse, pero también es verdad que la fe, en su esencia, es un peregrinaje. La Carta a los Hebreos muestra la figura de Abraham, que sale de su tierra y se convierte en un peregrino hacia el futuro durante toda su vida. Este movimiento abrahámico se halla en el interior de la fe; un ser peregrino interiormente, que también debe manifestarse exteriormente. Ello significa salir de la cotidianidad, delmundo práctico, del utilitarismo, salir para situarse verdaderamente en el camino de la trascendencia, trascender a uno mismo y así hallar una nueva libertad, un tiempo de reflexión interior, de identificación con uno mismo, de observar al otro, a Dios. El peregrinaje no sólo es salir de uno mismo hacia lo más grande, sino también un ir juntos. El peregrinaje reúne, vamos juntos hacia lo otro, y así nos encontramos recíprocamente. Basta decir que los caminos de san Jaime (Santiago) son un elemento de la formación de las unidades espiritual del continente europeo, que, peregrinando, se han juntado y han hallado la identidad común europea. Hoy renace este movimiento, este sueño de estar en movimiento física y espiritualmente, de encontrarse y de hallar así silencio, libertad y renovación. De hallar a Dios.
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