martes, 7 de diciembre de 2010

María Rosa Mística-La Hora de Gracia


“ El día 8 de diciembre de 1947, en la Iglesia de Montichiari, ante una gran multitud, la Virgen apareció sonriente y, dijo: "¡Yo soy la Inmaculada Concepción!  "Yo soy  María de la Gracia, esto es, la llena de gracia, Madre de mi divino Hijo Jesucristo".  
"Por mi venida a  Montichiari deseo ser invocada y venerada como "Rosa Mistica.  “Deseo que cada año, el  8 de Diciembre al mediodía, se celebre la hora de gracia para todo el mundo; mediante esta devoción se alcanzarán numerosas gracias para el alma y para el cuerpo. Nuestro Señor, mi divino Hijo Jesús, enviará su desbordante misericordia si los buenos oran  por sus hermanos pecadores.
La Hora de Gracia producirá grandes y numerosas conversiones. Los corazones fríos y endurecidos, serán tocados por la gracia divina, y se volverán a nuestro Señor en amor fiel”.
Nuestra Señora pidió penitencia. Dijo: “Penitencia es aceptar todas nuestras cruces diarias voluntariamente. No importa que sean pequeñas, acéptenlas con amor”. Le dijo a Pierina (la vidente) que regresará el 8 de Diciembre al mediodía. “Esta será mi Hora de  Gracia”.
Pierina le preguntó cómo habría de prepararse para esta Hora de Gracia, a lo cual la Santísima Virgen le respondió:
“Con oración y penitencia. Reza el salmo 51 tres veces, con los brazos extendidos. Durante la Hora de Gracia, muchas gracias espirituales serán concedidas. Los pecadores con los corazones  más endurecidos, Serán tocados por la gracia de Dios”.
La Santísima Virgen prometió que lo que fuera que una persona le pidiera durante la Hora de Gracia, (aún en casos imposibles) le sería concedido, si la petición estaba de acuerdo con la voluntad del Padre Eterno.
“El Santo Padre Pío XII debe ser pronto notificado que es mi deseo que la HORA DE GRACIA PARA EL MUNDO, sea conocida y extendida al mundo entero. Los que les sea difícil visitar una Iglesia, podrán orar en su casa al mediodía, y también recibirán gracias a través de Mí.” Y si alguien viniera a orar con lágrimas de arrepentimiento sobre estas losas, encontrará una escala segura para ir al cielo, junto con la protección y los favores de mí Corazón maternal".
Entonces Nuestra Señora mostró a Pierina Su Corazón y le dijo: “Mira este Corazón que tanto ama a la humanidad, y sin embargo no recibe más que ofensas de la mayoría de Mis hijos. Si los buenos y los malos se unen en oración, obtendrán  paz y misericordia a través de este Corazón. El Señor aún protege a los buenos, y está deteniendo un gran castigo a causa de Mi intercesión. Pronto será reconocida la grandeza de esta Hora de Gracia”.
“Tengo preparada una sobreabundancia de gracia  para todos aquellos hijos que escuchan mi voz y toman  mis deseos”.   
  LO QUE PIDE NUESTRA MADRE PARA LA HORA DE GRACIA
Día y Hora de Gracia: Diciembre 8, Fiesta de la Inmaculada Concepción.
Se empezará a las 12 mediodía, y continuará hasta la 1:00 p.m. (una hora completa de oración). Durante esta hora, bien sea en casa o en la iglesia, se evitarán toda clase de distracciones (no conteste el teléfono ni la puerta, ni haga nada, sino concéntrense totalmente en su unión con Dios, durante esta especial Hora de Gracia). Empiece la Hora de Gracia rezando tres veces el Salmo 51, con los brazos extendidos. El resto de la hora puede ser empleado en comunicación silenciosa con Dios, meditando acerca de la Pasión de Jesús, rezando el Rosario, alabando a Dios a su manera, o utilizando sus oraciones favoritas, cantando himnos, leyendo otros salmos y meditándolos, etc.
La Santísima Virgen María ha pedido que Su mensaje sea conocido en el mundo entero. Ayudemos a la Sma. Virgen María a cumplir su misión: que todas las almas se acerquen a Dios y se salven y que Jesús sea amado por todos los corazones. Esta oración perpetua de Corazón…. Que también sea la nuestra…
A CONTINUACION LAS ORACIONES:
Rezar  3 veces el Salmo 51 (Miserere) con brazos extendidos en forma de Cruz
Ten piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco,
mi pecado sin cesar está ante mí;
contra Ti, contra Ti solo he pecado,
lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en la culpa ya nací,
pecador me concibió mi madre.
Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio,
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la algría,
exulten los huesos que machacaste Tú.
Retira tu faz de mis pecados,
borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios, un puro corazón,
un espíritu dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.
Vuélveme la alegría de tu salvación,
y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos,
y los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación,
y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu contrito;
un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia,
reconstruye las murallas de Jerusalén!
Etonces te agradarán los sacrificios justos,
--holocausto y oblación entera--
se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
  
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
(Tradicional de San Luis Grignón de Montfort)

Yo, _______________,  pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en Tus manos, Oh madre Inmaculada, los votos de mi bautismo.

Renuncio a Satanás, a todas sus presunciones y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, para llevar mi cruz siguiendo Sus pasos, todos los días de mi vida, y serle fiel de ahora en adelante.

En presencia de la Corte Celestial, te escojo en este día como mi Madre y Señora. Me consagro a tu Corazón Inmaculado y te entrego, como esclavo, mi cuerpo, mi mente y mi alma; todos mis bienes, tanto interiores como exteriores; y aún el mérito de todas mis buenas obras pasadas, presentes y futuras. Particularmente te consagro a mi familia, otorgándote todo el derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece según sea de tu agrado, para la mayor gloria de Dios en el tiempo y la eternidad.

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